Hoy 17 de marzo, como cada año, se celebra el Día del Trabajo Social.

Me levantaba esta mañana un poco antes de que comenzara mi jornada de trabajo para ponerme cómoda y teletrabajar.
Con un moño bien alto, un chándal y unas zapatillas súper cómodas, me sentaba con la cara lavada delante de un despacho improvisado. Ordenador, teléfono, llamadas, audios, mensajes que van y vienen… pero, ¿dónde están mis compañeros? ¿Dónde están los peques y sus papis y mamis? ¿Dónde está el jefe que llega con la misma energía de un niño pequeño corriendo por el pasillo? ¿Dónde quedaron los buenos días? Los abrazos, las miradas, las sonrisas…

Yo y mi disfraz de trabajo social nos encaminamos en un nuevo día de trabajo, daba igual dónde me encontrara. Había que responder a necesidades de familias que se encuentran fuera de casa. Nos cuesta a nosotros quedarnos en casa con todo a nuestro alcance y sanos… Imagina familias que se encuentran fuera de casa, fuera de su ciudad, cuidando de un hijo enfermo, lejos de la familia, dentro de un hospital o tratando de encontrar un lugar en el que alojarse en una ciudad desconocida, una ciudad en medio del caos. Una Málaga que no despierta, que no sale a la calle…

Trabajadores Sociales que, acudamos al despacho o no, hoy más que nunca, trabajamos por y para los más necesitados, para todos aquellos que necesitan una mano amiga. Felicidades en nuestro día, un día destacado en el calendario, que nos reconoce pero que es insignificante para todos nosotros. Ya os digo que, para mí era un día más, no sabía ni que día era hoy, ni siquiera sabía si era lunes o martes…

Y mañana volveré a despertar con las mismas ganas, incluso algunas más, volveré a sonreír y a dar gracias porque lo vamos a conseguir y cuando todo pase, como si de un sueño se tratase, volveremos a despertar y nos podremos reencontrar y abrazarnos y sentirnos cerquita… Y valoraremos lo que de un día a otro nos arrancaron, la libertad de salir a la calle, pero que nos devolvieron, la conciencia y el amor por las pequeñas cosas, por los pequeños detalles, por sentir los detalles más insignificantes pero que más valor tienen… Y es que, como las buenas fragancias, los mejores perfumes, se guardan en botecitos pequeñitos, esos que hoy llenamos de agradecimientos.

Gracias a la vida por hacerme sentir lo feliz que soy hoy, por donde me encuentro, por quienes me rodean, porque mi disfraz de Trabajo Social es mi hábito diario. GRACIAS.

Hoy mi niño interior y yo se suman a la cadena de arcoíris que deslumbran en los balcones y ventanas de la inocencia. Hoy, después de hace muchísimo tiempo, he dedicado tiempo a dibujar. Y aquí tenéis, un arcoíris más, con la esperanza de que #todovaasalirbien.
#DíaTrabajoSocial2020

Firmado:

Macarena González Guerrero

Trabajadora Social Fundación Olivares

1 Comentario. Dejar nuevo

  • Efectivamente Macarena. Los voluntarios seguimos en contacto también y todos estamos acumulando nuestras ganas, ilusión, inventos para que los peques se diviertan y deseos de abrazarnos de nuevo. Pronto abriremos las puertas de nuestras vidas y lo disfrutaremos mas que nunca. Todo va a salir bien. ?❤

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